martes, 16 de marzo de 2010

1) ASIGNATURA PENDIENTE EN LA SANIDAD PÚBLICA

Con este título, el amigo Joaquín Munté publicó, con fecha 12 de abril de 2008, un post en su blog, después de una conversación que tuvo conmigo, en la que le manifesté mi seria preocupación -- y que él conoce perfectamente, por su larga y dilatada dedicación como voluntario en el centro hospitalario "Sant Joan de Déu. Serveis de Salut Mental", de Sant Boi de Llobregat, referida a las muchas dificultades y problemas derivados de las visitas médica y/ o hospitalizaciones de las personas afectadas con graves trastornos de la conducta, con discapacidades psíquicas y/o con enfermedad mental.
Iniciamos aquí y ahora este nuevo blog con la reproducción de aquel post, y que en próximas entregas continuaremos explicando y reproduciendo documentos de las gestiones iniciadas a partir de entonces con el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, con plenas competencias en la Sanidad Pública en Cataluña, hasta el momento actual, y posteriormente, en la medida que vayamos avanzando en el tema.
"Los centros hospitalarios han suprimido las llamadas barreras arquitectónica para facilitar el acceso a las personas con problemas de movilidad, pero tienen una asignatura pendiente, que me parece que todavía ni siquiera se la han planteado. Me refiero a la accesibilidad de las personas con discapacidad que presentan graves trastornos de la conducta y las afectadas con serios problemas psiquiátricos.
Cuando las familias de estas personas tienen que acompañarles a una visita hospitalaria o bien han de ser objeto de una hospitalización, han de sufrir un auténtico calvario. Si el desplazamiento se efectúa en ambulancia, resulta que la mayoría de veces no disponen de medios de sujeción, y los familiares que les acompañan han de viajar junto al paciente, desentendiéndose el personal de estas unidades móviles de toda responsabilidad durante el trayecto.
La llegada al hospital supone otro episodio dramático. Los pacientes y acompañantes de estos que allí se encuentran se sienten incómodos, y los servicios sanitarios no pueden disimular el temor que sienten hacia estas personas. Las dificultades para obtener un análisos de sangre o para realizar una radiografía son muchas, y no hablemos de los casos de requerir hospitalización compartiendo habitación con otros enfermos, cuyos familiares por regla general no tardan en hacer llegar sus quejas a la Dirección del hospital.
Tendrían que establecerse unos protocolos para cada una de estas necesidades, que de manera generalizada pasaran por destinar a estos centros unas salas de espera especiales, y unas habitaciones individuales, que naturalmente podrían utilizar otros pacientes cuando permanecieran vacías, y lo que es más importante, una preparación y formación adecuada de los profesionales de la salud pública para tratar adecuadamente a estos enfermos, en lugar de mostrar estos miedos y vacilaciones, como habitualmente -- siempre salvando los excepcionales casos que confirman las reglas-- suelen ocurrir"

1 comentario:

  1. Una muy buena reflexión. Lamentablemente las personas con discapacidad psíquica, son tratadas como "los locos del siglo IXX" a la hora de ser atendidos en nuestros hospitales, siendo sometidos a largas horas de espera, causando molestias graves e innecesarias, tanto al paciente como a sus familiares.

    Las personas con discapacidad psíquica, deben de ser tratados con la dignidad y respeto que se merecen en el siglo XXI.

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